Sunday, August 7, 2011

Cuba: Ser culto para ser libre





En un artículo aparecido en el Blog Café Fuerte, Vicky Peláez, periodista peruana procesada en los Estados Unidos bajo el cargo de agente ruso no registrado en un país extranjero, y canjeada junto con varios procesados rusos por varios agentes norteamericanos que operaban en Rusia, se queja que “solo valía para Cuba cuando criticaba al gobierno de los Estados Unidos.”

La decepción de la peruana Vicky Peláez le ha ocurrido a mucha gente y "honor a quien honor marece". Es bueno recordar que el reconocimiento a la gloria pasada depende de la cultura de un pueblo. En una sociedad de cultura pobre y cerrada, independientemente que sea una sociedad instruida, “agua pasada no mueve molino”.

José Martí dijo de “Ser culto para ser libre”. Hay mucha gente que no conocen ni reconocen lo pasado. No es una falacia que la mayoría de los cubanos solo conocen la historia cubana a partir de 1959 porque les enseñaron que antes de la revolución solo existió la “pseudo república” o la falsa república.

Desde hace mucho tiempo, se desconoce la grandeza de esa falsa república donde sus primeros cinco presidentes fueron generales en la guerra de independencia, excepto Alfredo Zayas Alfonso (IV), hermano del General Juan Bruno Zayas, muerto en la guerra. Alfredo Zayas había sido hecho prisionero durante la guerra y enviado al destierro.

Los primeros cubanos electos presidente, Don Tomás Estrada Palma (I), José Miguel Gómez (II), Mario García Menocal (III), y Geraldo Machado Morales (V) fueron Generales durante La Gran Guerra del siglo XIX para la independencia de Cuba contra España.

Con respecto a Alfredo Zayas Alfonso, además de ser presidente, fue abogado y poeta, quien sirvió como procurador (fiscal), juez y alcalde de La Habana. Fue secretario de la Convención Constituyente, senador (1905) y presidente del senado (1906), además de haber sido vicepresidente durante la administración de José Miguel Gómez, segundo presidente cubano.

El sexto presidente en esa pseudo república, Carlos Manuel de Céspedes Quesada, hijo del Padre de la Patria, y de Ana María de Quesada y Loinaz, quien nació en Nueva York en 12 de agosto de 1871, fue Teniente Coronel del Ejército Mambí Cubano. Este Presidente era primo de Perucho Figueredo, autor del himno nacional cubano “La Bayamesa”.

Durante el inicio de la República cubana, independientemente del origen ibérico de la mayoría de los próceres cubanos, la cultura anglo-sajona también estuvo presente en nuestra nacionalidad y cultura política, sobre todo por la cantidad de cubanos que vivieron exilados en los Estados Unidos de América. Esta influencia política del país norteño lo comprobamos en los primeros cubanos que formaron parte de las primeras administraciones presidenciales después de proclamada la República.

Los vicepresidentes de Mario García Menocal (IV) fueron Enrique José Varona (1913-17), quien había vivido exilado en los Estados Unidos durante la guerra de independencia y quien fuera un fuerte crítico del socialismo. De 1898 hasta 1917, Varona, quien manisfestada que la sociedad era una consecuencia del desarrollo evolutivo, ocupó la cátedra de Lógica, Etica, Sicología y Sociología en la Universidad de La Habana.

El otro vicepresidente de Mario García Menocal fue Emilio Núñez (1917-21), cubano-americano quien había obtenido el grado de general en la Guerra de Independencia y quien fuera colaborador de José Martí. Era graduado en cirugía dental de la Universidad de Pensilvania. Fue uno de los 31 delegados a la Convención Constituyente de 1900 y la primera persona que izó la bandera cubana en el Castillo del Morro al mediodía del 20 de Mayo de 1902.

Es lamentable que haya cubanos que se hayan olvidado de Vicky Peláez después de su colaboración a través de sus artículos como periodista en defensa del gobierno socoalista cubano, pero que podemos esperar de esa parte del pueblo cubano que aprendieron a ignorar su propia historia tan rica y patriótica. Esa historia plena de democracia y derechos bajo la cual generales que un día, unidos a través de las ideas del Apóstol de la Independencia, el magnánimo José Martí Pérez, combatieron con fiereza y lealtad por nuestra cultura y civilización cubanas. Y así, con respeto cívico al sufragio, fueron electos presidentes de la Nación por la cual no hubieron vacilado en dar su vida.

¡Cuán bello y patriótico hubiera sido dedicarnos a preservar y enardecer esa, nuestra historia, nuestra cultura toda, a través de la cual nos hicimos cubanos! ¡Con cuánto amor y orgullo los cubanos agradecidos no conservaríamos esa, nuestra Cuba por la cual nuestros próceres y fundadores de la Patria no murieron en vano, incluyendo aquellos Generales de la Gran Guerra de Independencia que fueron electos Presidente democráticamente durante la Pseudo República!

No tenemos derecho de reprochar al cubano de ignorar la gloria de nuestros Generales fundadores de nuestra República, cuando a nuestros niños, saludando con la mano en la frente la insignia nacional, La Bandera tricolor cofeccionada por Cintia Tolón y traida a Cuba por el cubano-venezolano, el General Narciso López, y delante la estatua de nuestro Apóstol Nacional, el autor de La Edad de Oro, les enseñan a decir que serán como el "Che". Ni siquiera les dicen que se llamaba Ernesto Guevara. Y estos niños cubanos desconocen que "che" es un sobrenombre o apodo proveniente de la cultura ítalo-argentina.

La palabra "che" es un vocablo fónico de la palabra italiana "c'è", que significa "hay". En Argentina, en tiempos pasados, los desempleados iban a buscar trabajo en las fábricas de autos italianos. Había anuncios donde se podía leer: "c'è lavoro" o "non c'è lavoro", lo que significaba en español: "hay empleo" o "no hay empleo". De ahí el uso popular del vocablo "che", ya que la oración italiana "c'è", que quiere decir "hay", se pronuncia "che" [tʃe].


C'è lavoro oggi? (hay empleo hoy?)

Non c'è! (no hay)


No en vano el Apóstol de la Independencia, el General Martí, quien murió en combate "de cara al sol", nos enseñó que tenemos que "Ser culto para ser libre".


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